Jesús, Hijo de Dios,
a Ti que fuiste enviado por el Padre
para asumir nuestra debilidad,
te pedimos que nos acompañes
en este momento de crisis.
Salvador Misericordioso,
ayuda y consuela a los enfermos,
para que al recobrar la salud
puedan alabarte.
Médico Divino,
acompaña a nuestros proveedores de cuidado
para que al servir con paciencia
puedan sanar debidamente.
Fuente de Eterna Sabiduría,
guía a nuestros líderes
para que al buscar remedio
puedan seguir tu luz.
Cristo, el Ungido,
protégenos en cuerpo y espíritu,
para que al salir ilesos del daño
seamos librados de toda aflicción.
Tú que vives y reinas con Dios Padre,
en unidad del Espíritu Santo,
un solo Dios verdadero,
por los siglos de los siglos.
Amén.