Las convivencias son días de amistad, oración, reflexión, descanso y diversión.
En un ambiente de familia se pretende cultivar la vida espiritual, la formación humana y la
amistad entre los participantes. Para ello se alternan el deporte y las actividades lúdicas con
los ratos de tertulia, coloquios y charlas formativas. Son días también para profundizar en la
vida de oración y en nuestra unión con Dios en un ambiente favorable a la intimidad con Dios y
a la convivencia fraterna.
Son escuela teóricopráctica para aprender a vivir como auténticos cristianos en medio del
mundo, siendo coherentes con nuestra fe, alegremente ejemplares en nuestro trabajo y
valientes en nuestro testimonio del evangelio.